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La salud, mejor sin plástico (3): cero toallitas húmedas

El consumo de toallitas está creciendo durante el confinamiento. ¿Ponemos remedio? Toallas de ropa, esponjas, la mano, papel higiénico o el bidé son alternativas

Durante los últimos años, ha aumentado el interés en torno a los impactos generados por el actual modelo de producción, consumo y generación de residuos de los productos de un solo uso, especialmente los plásticos.

Las toallitas húmedas son un ejemplo de productos que se convierten en residuos después de utilizarlos una vez y que están hechos mayoritariamente de plásticos. Hay que poner el foco en estos productos, ya que representan una parte importante de los flujos de residuos sólidos urbanos generados y causan impactos ambientales, económicos y sociales.

Las toallitas húmedas a menudo se utilizan para la higiene infantil como sustituto del agua y el jabón, cuando se cambian los pañales o para limpiar la cara y las manos de los bebés. Su uso también se ha convertido en parte del día a día de la vida de las personas adultas, en la limpieza del hogar o la higiene personal.

Las toallitas húmedas se venden en el mercado como toallitas desechables, las cuales son humedecidas previamente y no cumplen los estándares fijados legalmente para poder ser limpiadas y reutilizadas. Están hechas de telas no tejidas y están saturadas con una solución que limpia.

  1. Telas no tejidas: El material de composición de las toallitas húmedas es una tela no tejida o un hilo de plástico sintético similar al que se utiliza para los pañales. Normalmente, el tejido está hecho de fibras, como algodón y rayón, así como de resinas de plástico como poliéster, polietileno y polipropileno.
  2. Sustancias de limpieza: El agua es la principal sustancia y sirve de portadora y diluyente de los demás componentes. Las toallitas de higiene íntima también contienen detergentes suaves mezclados con agentes hidratantes, perfumes y conservantes. Los agentes hidratantes o humidificantes como el propilenglicol y la glicerina son añadidos para prevenir que la solución se seque. Otros componentes incluyen conservantes, como parabenos de metilo y propilo y varios perfumes. A veces las toallitas húmedas también pueden llevar biocidas, tales como agentes antimicrobianos.
  3. Componentes de la envoltura: La envoltura está hecha de plástico (normalmente PET o PE) para mantener las toallitas húmedas el máximo tiempo posible.

Consumo

En 2017, se consumieron alrededor de 69 billones de toallitas individuales en la UE-28 (con un consumo anual de 130 toallitas húmedas por persona de media), equivalente a 511.000 toneladas de residuos (1 kg de toallitas húmedas por persona anualmente).

Problemas económicos que nos afectan por el uso de toallitas húmedas

Las toallitas húmedas, productos menstruales desechables y otros residuos en aguas residuales, causan daños sustanciales en las redes de alcantarillado. Algunas de las consecuencias de tirar estos productos por el inodoro son: bloqueo de las tuberías causando problemas de drenaje, obstrucción de bombas e inhibición de sensores electrónicos (creando reacciones en cadena en estaciones de bombeo que conducen a derrames de aguas residuales). Estas perturbaciones incrementan la frecuencia de reparaciones de mantenimiento necesarias en las instalaciones. Las infraestructuras obstruidas con toallitas húmedas y otros residuos de aguas residuales conllevan limitaciones operativas y costes adicionales de operación importantes, principalmente en cuanto a mano de obra, eliminación de residuos y sustitución prematura de equipos tales como bombas y otras piezas.

Se ha estimado que el mantenimiento y desatasco de estas instalaciones, junto con la eliminación de residuos de aguas residuales en las plantas de tratamiento, cuesta en la Unión Europea entre 500 y 1.000 millones de euros anualmente. Este coste es traspasado a todas las personas consumidoras a través de las facturas de agua tanto si utilizan estos productos como si no lo hacen.

La Agencia Catalana del Agua ha calculado que, para una ciudad de 200.000 habitantes, la gestión inadecuada de toallitas húmedas y otros productos similares genera, de media, un coste extra anual de 150.000 € por el sistema de saneamiento. También, los datos presentados en el Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama-2012) por la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS) indican que esta situación causa un incremento del 18% del coste de mantenimiento de los sistemas de saneamiento.

Problemas de salud que nos afectan por el uso de toallitas húmedas

Las toallitas húmedas pueden tener compuestos peligrosos como el Methylchloroisothiazolinone, methylisothiazolinone, parabenos, quaternium-15, DMDM ​​Hydantoin o químicos desconocidos de perfumes, que pueden causar principalmente problemas de alergias.

La contaminación del agua por los restos marinos puede también causar un aumento del riesgo de bacterias (p.ej. E. Coli) y contaminación vírica de aguas costeras. El consumo o contacto con el agua contaminada puede incrementar el riesgo de contagio de hepatitis, cólera, fiebre tifoidea, diarrea, disentería bacilar y erupciones cutáneas.

Problemas medioambientales que nos afectan por el uso de toallitas húmedas

Los impactos ambientales de las toallitas húmedas son causados ​​generalmente por los procesos de producción y de distribución del producto, y los de generación de residuos, tratamiento y eliminación después de su uso.

Por ejemplo, la producción de toallitas húmedas requiere un alto consumo de agua para mantener las fibras saturadas. También hay impactos causados ​​por la extracción (petróleo) y transporte de las materias primas a lo largo del ciclo de vida, más allá del producto final.

Los productos menstruales desechables y toallitas húmedas se encuentran entre los 10 productos plásticos desechables más encontrados en el medio marino de la UE. La Comisión Europea llama a estos productos bajo la categoría «aplicaciones sanitarias» y es la quinta en los artículos plásticos desechables más comunes en Europa. Estos 10 productos representan el 86% del plástico de un solo uso de los residuos encontrados en las playas y son los responsables de más de la mitad de los residuos plásticos marinos.

La alternativa es sencilla

  1. Toallitas de ropa
    Nos las podemos fabricar en casa o comprarlas en tiendas especializadas. Para salir a la calle, basta con transportarlas ya húmedas dentro de un táper, o llevar un spray para humedecer al momento. Cada vez más familias descubren las ventajas y hay muchos trucos para sacar todo el partido.
  2. Esponja
    Para mantenerla limpia, hay que lavarla con agua fría después de cada uso y, una vez al día, con agua caliente y jabón. Si el cambiador no nos cabe en el baño, podemos tener al lado un recipiente con agua limpia siempre a punto. Para desinfectar la esponja, sólo hay que ponerla húmeda un rato en el microondas o meterla en la lavadora. Eso sí, las esponjas naturales no aguantan este tipo de lavados y se deshacen al poco tiempo de uso. Si lo preferimos, en vez de esponja podemos utilizar una manopla.
  3. La mano
    Quizás hay quien tiene manías, pero lo más fácil es poner al niño bajo el grifo y utilizar la mano para dejar el culo bien limpio. Después basta con que nos aseguramos de lavarnos bien las manos con agua y jabón, vigilando que no nos queden restos de caca bajo las uñas.
  4. Papel higiénico
    Sí, volver al papel de toda la vida, que se descompone muy fácilmente. Es lo que encontramos en la mayoría de aseos públicos, también en las escuelas, así que nos conviene que las criaturas aprendan a lavarse con papel porque más tarde o más temprano, deberán hacerlo así. Existe papel higiénico reciclado que no contribuye a la sobreexplotación de los bosques.
  5. BidetSi nos hemos pasado a las toallitas porque nos parece que con el papel higiénico no es suficiente, nuestra opción es el bidé. No todos los baños tienen, pero el mercado encontramos alternativas interesantes:
  • Bidet de mano: es un tipo de teléfono de ducha que se instala junto al inodoro.
  • Váter con bidet incorporado: son inodoros que tienen incorporado un chorro de agua que les permite hacer el mismo servicio que un bidé.
  • Chorro adaptable en el inodoro: es un complemento que se pega a la taza del inodoro y permite activar un chorro de agua similar al del bidé.