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Pocos adelantos en las negociaciones para el tratado internacional contra la contaminación por plásticos

Resultados mediocres de la segunda reunión del Comité Intergubernamental de Negociación para el tratado internacional contra la contaminación por plásticos.

Largas discusiones sobre el reglamento y posiciones de ciertos países favorables a la industria del plástico amenazan la consecución de un acuerdo con medidas efectivas.


La semana del 29 de mayo al 2 de junio se reunió, en París, el Comité Intergubernamental de Negociación para el tratado internacional contra la contaminación por plásticos. Era la segunda reunión de este grupo, que tiene que definir los términos del tratado promovido por la Asamblea de Medio Ambiente de las Naciones Unidas.


Los países tienen tiempo hasta final del 2024 para llegar a un acuerdo y hay tres rondas más de negociaciones previstas. De momento, para la próxima cumbre, que se celebrará en Nairobi (Kenia), en noviembre, se tiene que haber preparado un primer borrador del texto. Pero el desarrollo de las reuniones y los debates de París han generado preocupación entre los representantes de las entidades ambientales, que temen que el tratado nazca descafeinado.

Gobiernos, entidades, industria

Los motivos del malestar ya empezaron poco antes de las negociaciones. Las entidades no gubernamentales registradas y acreditadas recibieron información contradictoria sobre si se los permitiría estar en las reuniones. No tenían claro si podrían acceder a las salas donde se tenían que llevar a cabo las negociaciones entre los representantes gubernamentales. Incluso se puso en entredicho si podrían estar presentes durante los debates.

Por eso organizaron una acción pacífica ante el campus de la UNESCO, a la vez que se hacía un llamamiento a los gobiernos para que no se dejara fuera la representación de la sociedad civil como científicos, pueblos indígenas y defensoras del Sur Global. Así, finalmente, se consiguió el acceso.

Ahora bien, además de gobiernos y entidades, en las negociaciones de París también estuvo presente la industria que hay detrás de la contaminación por plásticos. Los representantes de las empresas incluso organizaron actos paralelos en los que se promovieron falsas soluciones, como la «compensación del plástico». Se trata de un sistema que no resuelve nada, puesto que gran parte del plástico recogido para la «compensación» se quema, perjudicando las comunidades y el medio ambiente.

Comunicado de Break Free From Plastic

Al acabar la semana de negociaciones, Break Free From Plastic hizo público un comunicado en que expresaba preocupación por el desarrollo de las sesiones. Es la valoración de una entidad internacional que aglutina más de 2.700 organizaciones, entre las cuales Rezero, y 11.000 simpatizantes particulares de todo el mundo. El nexo entre todas es el objetivo de un mundo libre de contaminación por plástico.

Protagonismo de los debates procedimentales

Break Free From Plastic denuncia que la mitad del tiempo se dedicó en debates inacabables sobre el reglamento a aplicar. Y parece que los aspectos procedimentales continuarán acaparando las sesiones. En París, las discusiones se centraron en la posibilidad que los estados miembro de la UE adopten las decisiones por mayoría de dos tercios. Pero todavía quedan temas pendientes. Por ejemplo, si los estados miembros tendrán un voto cada uno o si serán tratados en bloque durante las votaciones. O si las decisiones habrá que tomarlas por consenso. Muchas de las entidades observadoras interpretan este punto como una estratagema para frenar las medidas más contundentes que se podrían incluir en el tratado.

Posicionamientos interesantes de unos cuántos países

Es cierto que en París también se pudieron oír aportaciones interesantes de ciertos países, por ejemplo Ruanda, Ecuador, México y la Unión Europea. Pusieron sobre la mesa la necesidad de establecer objetivos globales de reducción de la producción. También se exigieron obligaciones de divulgación equiparables a las del Convenio Marco para el Control del Tabaco. Otra propuesta positiva fue que se aplique el principio de precaución al abordar el problema de los microplásticos. Así mismo, defendieron la necesidad de priorizar una transición justa hacia medios de vida más seguros y sostenibles para las personas que trabajan en toda la cadena de suministro de plásticos.

Propuestas preocupantes

Pero no solo el excesivo peso de los debates sobre el reglamento despertaron preocupación a Break Free From Plastic. También es motivo de inquietud que muchos países todavía pidan poder aplicar planes de acción nacionales para abordar ciertos aspectos, como por ejemplo los objetivos de reducción y reutilización y los criterios sobre las alternativas a fomentar. En caso de prosperar, estos planes de acción nacionales serían una puerta abierta para esquivar las medidas más avanzadas del tratado. Así mismo, ciertos países insistían en la promoción del reciclado químico y muchos continuaban centrándose en lo reciclado y la gestión de la contaminación por plásticos aguas abajo.

Por un tratado internacional contra la contaminación por plásticos efectivo

La crisis mundial de los plásticos tiene el origen en el volumen de la producción, que continúa creciendo. Hay que poner freno a esta fuente de contaminación, que contribuye a empeorar la crisis ambiental, incluida la emergencia climática, la pérdida de la biodiversidad, la presencia de tóxicos y la contaminación por microplásticos. Son amenazas reales para la salud humana y tienen graves implicaciones sociales.

Por eso, en declaraciones de Satyarupa Shekhar, coordinador de Break Free From Plastic en la zona Asia-Pacífico:

«No podemos perder de vista la urgencia de actuar ahora y con decisión. Para eliminar la contaminación por plástico, el tratado tiene que incluir disposiciones para parar y reducir gradualmente la producción de plástico. No podemos permitir que los que contaminan y los que defienden los intereses de los combustibles fósiles nos atrasen, desvíen y distraigan del mandato del INC [Comité Intergubernamental de Negociación].»

Por su parte, Neydi Cruz, directora adjunta de sostenibilidad de Health Care Without Harm, sostiene que

«La prioridad [del tratado] tiene que ser reducir la producción y el consumo, de otra manera, continuaremos estando expuestos a estos tóxicos nocivos, poniendo en riesgo la salud de las personas más vulnerables, como los niños y los bebés.»

Esta es también una de las preocupaciones de Rezero que, además de subscribir el posicionamiento de Break Free From Plastic, también pone énfasis en la necesidad que el tratado establezca objetivos vinculantes de reducción de plástico desechable, así como compromisos firmes para generalizar la reutilización y la durabilidad y lograr el tóxico cero.


El tratado internacional contra la contaminación por plásticos es una oportunidad de oro.

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23 de junio de 2023

Fotografías: Break Free From Plastic