El redactado que defiende el gobierno español solo introduce medidas tímidas que no resolverán el problema ambiental, social, económico y de salud que representan el tabaco y las colillas.
Rezero presenta enmiendas basadas en los principios de la responsabilidad ampliada del productor y de la jerarquía de residuos.
Cada vez que se aprueba una normativa vinculada a los residuos, se decide, en parte, cuánto tiempo más tardaremos a llegar al residuo cero. Cada ley, cada real decreto, es una oportunidad que hay que aprovechar para hacer pasos significativos hacia una sociedad eficiente en la gestión de los recursos y que priorice la protección del medio ambiente y la salud de las personas.
Por este motivo, el real decreto sobre las colillas que el gobierno español prepara es una ocasión que no se puede dejar perder. El pasado 22 de mayo concluyó el periodo para que ciudadanía y entidades aportaran enmiendas al redactado que propone el Ministerio por la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Rezero, que ha elaborado varios estudios sobre el problema de las colillas, ha hecho una lectura crítica del texto expuesto y ha aportado una serie de enmiendas. Son propuestas clave para que la nueva norma signifique un adelanto importante en la lucha contra los elevados impactos —ambientales, sociales, económicos y en la salud—, del consumo de tabaco.
El problema de las colillas, en datos
Solo en Cataluña, se calcula que cada año se generan 2.720 toneladas de colillas de pitillos. Según las estimaciones, el 70% de estas colillas acaban en tierra, sea en la calle, sea en entornos naturales. De hecho, se sabe que son el residuo más abundante en las playas de la región occidental del Mediterráneo; en concreto, de cada 100 residuos encontrados, 25 son colillas. Pueden permanecer al medio ambiente de diez a quince años antes de descomponerse.
El problema de esta presencia en los entornos naturales va mucho más allá del perjuicio estético. Las colillas liberan sustancias —como la nicotina, el monóxido de carbono y el alquitrán—, que acaban contaminando suelo y agua.
Los estudios realizados por Rezero han puesto en evidencia el coste que los municipios están asumiendo en relación con las colillas. En el ámbito catalán, se estima que representa entre 12 y 21 euros por persona y año. En Menorca, son entre 16 y 23. En cuanto a la limpieza del litoral, los gastos se sitúan en una horquilla de entre 9.600 y 22.200 euros por kilómetro y año. Está claro que se está produciendo un traslado de responsabilidades de la industria hacia las administraciones locales y, por lo tanto, hacia la ciudadanía.
Valoración del redactado del real decreto sobre las colillas
El redactado presentado por el gobierno, claro y raso, queda corto. La propuesta actual no aporta las herramientas necesarias para afrontar las múltiples dimensiones del desafío que plantea la gestión de este residuo.
Lo que falta
Es cierto que en el preámbulo se aboga por la aplicación de la jerarquía ecológica de los residuos. Pero en el articulado no se plantean objetivos de reducción cuantitativa. Tampoco se incluyen acciones para reducir la toxicidad de los filtros. En este sentido, por ejemplo, se habría podido obligar las empresas del sector a invertir en ecodiseño e investigación, desarrollo e innovación. Habría sido una estrategia efectiva, no solo para avanzar en alternativas menos tóxicas, sino también para conseguir reducir el contenido plástico. De hecho, también habría podido forzar el desarrollo de filtros reutilizables.
El texto ni siquiera plantea una hoja de ruta para hacer posible la recogida selectiva de las colillas y evitar que se abandonen en el medio ambiente. La obligatoriedad de la recogida selectiva se demora hasta el 2030; una dilatación inaceptable, que muestra una dejadez de responsabilidades.
En todo caso, y cumpliendo con el principio de prevención y de jerarquía ecológica de los residuos, si la industria del tabaco es incapaz de asumir la recogida separada, el Ministerio tendría que aumentar el grado de exigencia, establecer objetivos de reducción y prohibir fumar no solo en las playas, sino en todos los espacios naturales. Son medidas que se están estudiando en algunos países, como Holanda, Bélgica y Canadá, donde el bien común y el medio ambiente prevalecen sobre la libertad de la persona fumadora.
Lo que aporta
El real decreto sobre las colillas que defiende el gobierno tiene solo dos grandes aportaciones. Por un lado, detallar los lugares donde administraciones y operadores privados, como el sector horeca, tendrán que instalar puntos de recogida (básicamente, ceniceros). Por otro lado, definir el procedimiento de aplicación de la responsabilidad ampliada de los productores (RAP).
La base de las enmiendas de Rezero al real decreto
Si se quiere que este real decreto sobre colillas sea una herramienta efectiva y no solo una medida para cubrir el expediente, hay que introducir cambios relevantes. Rezero apuesta por estos 5 ideas clave:
- Aplicación de objetivos de reducción. Es lo que establece la Ley de residuos y suelos contaminados por una economía circular. Es la apuesta de Europa en relación con la reducción efectiva de los plásticos.
- Prohibición del uso de sustancias tóxicas en la fabricación de filtros. Para proteger nuestros ecosistemas y la salud de las personas.
- Implantación urgente de sistemas de recogida separada. Tienen que ser sistemas de recogida de calidad y asumidos por los mismos productores. Tienen que estar implantados antes de que hayan pasado dos años de la aprobación del real decreto. En este sentido, consideramos que el sistema de depósito, devolución y retorno es una herramienta efectiva que hay que poner en marcha en este sector.
- Desarrollo, por parte de la misma industria, de sistemas de reciclaje. Se tiene que garantizar un producto derivado que sea de calidad y, obviamente, libro de tóxicos.
- Despliegue de una RAE completa. Tal como indica la Unión Europea, las empresas productoras tendrían que asumir el 100% de los costes asociados a la recogida y tratamiento de los residuos asociados al tabaco. Es decir, tendrían que incluir los costes de limpieza viaria, de las playas, de las aguas superficiales de nuestras costas, y de las infraestructuras de saneamiento y depuración. Sin olvidar tampoco los costes asociados a las campañas de concienciación, recogida de datos, etc.
La alternativa: la prohibición
Es posible que todas o alguna de estas medidas no hayan sido incluidas porque se consideran inviables. Si es así, Rezero defiende que toma todo el sentido aplicar uno de los principios básicos del residuo cero: no permitir la puesta en el mercado de ningún producto que no pueda ser reutilizable, reciclable o compostable. Si el sector del tabaco no puede garantizarlo, entonces las administraciones tendrían que prohibir el tabaco.
Esperamos que el gobierno dé un golpe de timón y convierta el real decreto sobre colillas en la normativa que necesitamos. Es imprescindible mejorar el texto actual, que se queda a medias tintas. Hace falta una norma más valiente. Un real decreto pensado para proteger, de verdad, los intereses de la ciudadanía y el medio natural.
Si tú también quieres que se aprueben leyes que nos acerquen hacia el residuo cero, ayúdanos a continuar con nuestra tarea de incidencia política.
11 de junio de 2023