A pesar de las perfectas calidades sanitarias y organolépticas que tiene el agua de la red en prácticamente todos los puntos del país, el consumo de agua envasada sigue siendo la opción escogida en muchos hogares.
Si comparamos el consumo de agua del grifo con el de agua envasada, observamos que el agua del grifo consigue disminuir mucho el impacto ambiental, puesto que se reducen los impactos derivados del transporte, no se consumen recursos para la fabricación del envase, disminuyendo así el impacto derivado de la gestión de los residuos de envases.